No te has ido. Es imposible. No te veré, pero de la misma forma que hace tiempo que no coincidíamos y nos “saludábamos” solo virtualmente. Al menos, eso es lo único que quiero creer hoy, que estamos viviendo un lapsus de distancia física como la que teníamos los últimos meses, porque los trabajos nos mantenían separados físicamente y porque nuestro entorno profesional nos separó cuando nos arrebataron, aquel maldito noviembre de 2013, nuestras rutinas y convivencia como compañeros en Ràdio 9.
Soy egoísta, pero no estoy preparada para imaginar que no volverán aquellos almuerzos. Llevaba semanas con una personal mentalización para que, al llegar este momento de este día, no doliera como duele.
Por eso, se me han estado agolpando permanentemente en mi mente estas últimas jornadas imágenes en las que solo sonaba tu risa y tu irónico humor… mientras tú luchabas contra un miserable y endemoniado bicho que te ha obligado a marchar con la parca.
No asimilo que ella haya ganado, no, no. La sensación es de un “no puede ser” que hiere muy dentro. Prefiero pensar en tu eterna sonrisa, tus bromas, todos los CDs que me conseguiste, todos los momentos vividos, los viajes, las cenas post-carrusel, aquellas fallas tomando chocolate casi al amanecer, los piques futboleros, cómo envolvías en tus brazos a Estrella….
Y tu bondad, lo AMIGO que has sido de tus compañeros, tus amigos, los de tu falla Trafalgar, los de tu Valencia CF, pero sobre todo lo que significabas para “AMIGOS” como Salva o Rovi…por eso sé que sigues aquí, con y en ellos y ahí estoy segura que estarás siempre.
Has hecho feliz a taaaaanta gente, nos has dado tantos ratos de alegría incluso en jornadas complicadas en las que solo tu humor nos refugiaba que ahora estoy intentando escribirte, por egoísmo propio, porque necesito sonreír y contigo era tan fácil que quiero recordar una y otra vez algunas de las cientos de anécdotas compartidas.
Creo que nuestro último contacto directo fue un mensaje de feliz año tras ver una preciosa foto en una publicación tuya en Instagram recibiendo este ruin 2021.
Después, mi hermana me comentó que te había visto correr por las calles de nuestro Marítimo: “¡he visto a Reineta corriendo por Serrería!” me dijo.
No me gustan las despedidas. Esto no lo es. Estas letras es una necesidad personal de “vomitar” las palabras que no puedo verbalizar. No, esto no es ningún adiós a una excelente persona y entrañable compañero con quien he tenido el honor de compartir casi 20 años (salvo un periodo de 14 meses) horas de trabajo y amistad; pero sobretodo de risas e infinidad de vivencias.
Tu presencia siempre ha inundado todo con una sensación de bienestar y ese es tu gran legado. Contigo cerca todos éramos más felices y eso, Reineta, ESO, no se lo va a llevar nadie, ni tan siquiera se va contigo, porque permanecerá en ese cofre del tesoro que son los instantes de eso que, solo con el paso del tiempo, sabes que han sido momentos de felicidad. Toda la que he podido compartir contigo, Reineta, COMPAÑERO, AMIGO…